Mientras
la Doctora Nena se despierta de un letargo por mucho tiempo en perfecta
dormición, percibe en su mente una asexuada y dulce voz que le habla a manera
de suaves “casi comandos” y le instruye: Cuando toma conciencia de la
experiencia, ella la llama en sus pensamientos simplemente “Mi Voz”: Llena de
tubos y aparatos, pero sin haber perdido su primaria belleza de mujer de piel
azul cielo, cabello rubio y de osamenta artificial, además de su prodigiosa
memoria; acaricia, como puede… a Séfer que estaba acostado a su lado llorando
de alegría pero también de pesar. Tampoco le pregunta, como disimulando, además
de que no tenía muchas fuerzas aún, Séfer le dice toma… bebe… es “magma
verdaderamente real” sabor a helado de cacao con menta (tu preferido)… Ella
toma un poco… e inmediatamente besa sus lágrimas y solo le dice: “Ya… ya…
tranquilo… bebé”. Lo que sea que te pasa
se va a solucionar. Pero palpitan en su corazón malos presagios… por estas
lágrimas tanto saladas como dulces para su paladar… venidas como lluvia de
Inmensidad…
Abruptamente
entran a la recámara principal del Palacio: doctores jóvenes y desconocidos: la
Dra. Nena se impresiona ante esta afirmación: debemos hacerle los exámenes de
rigor… después de cuatrocientos años de sueño ininterrumpido… por favor Su Majestad:
Señor y Capitán Séfer Puntiagudo abandone la habitación de inmediato…
Mientras
la examinan estando ella aún como un poco dormitada: Los mandatos mentales de
“Mi Voz” continúan diciéndole lo siguiente: Mucha es el agua que ha corrido
durante tus sueños: En el fondo: Nadie sabe qué es la vida; andan de aquí para
allá… y no saben (o no quieren saber) que aquello que es blanco y hermoso, se
puede volver negro y nauseabundo… como el torrente sanguíneo de un niño recién
nacido… que se ha contaminado con la más terrible enfermedad por un error. Pero eso no sucederá en Onírica… donde,
obviamente se confunden las mentes con aparentes fantasías (que tienes que
desarrollar en tu conciencia) y combinar con realidades transitorias, a las
cuales hay que renunciar… Nena dice, mientras la tocan y examinan por todas
partes: Así será… Así será… porque nadie sabrá jamás qué fue fantasía y qué fue
realidad…
Entonces
Nena reflexiona delirante “en voz alta” mientras la siguen jorungando: La vida
es un Misterio, tanto como si tratáramos de entender en plenitud a Inmensidad: No le busquen tantas
respuestas a la Vida, solamente hay que sobrevivirla… llevarla a cuestas…
arrástrala… despedazarla… amarla… amarrarla y al final: jamás odiarla… porque
no la han creado, no somos responsables de ella… tanta tinta “negra” ha
corrido… en vano… ¿la razón? ¿Qué van hacer con la razón? Detesto la razón… más
lindos son los espejismos que sacian la sed del Alma: como mi magma
verdaderamente real… ¿No son los sentimientos… el amor… los que mejor conocen
el no saber de razón…? y la Dra. Nena se
carcajea sola ante la mirada impávida de los presentes… los doctores… porque
para esa cultura ella es la respuesta existencial y la responsable de todo… o
casi todo…
Continúa
su discurso: Si Inmensidad no nos revela qué es Él… de principio a fin: y
nosotros no llegásemos a entenderlo a plenitud… la vida aquí o en el más allá
será un misterio y eso es lo más fascinante: una curiosidad insatisfecha para
siempre… para siempre… para siempre. Sin principio ni final… tantas torres de Babel que han intentado
llegar a Dios… se derrumbarán… estrepitosamente, como ya ha ocurrido... Y
entonces se vuelve a carcajear un rato… hasta que se tranquiliza… si… la vida
es un misterio no develado… y queda ligeramente dormitada…
Cuando
Nena está sola y un tanto más recuperada, se desnuda y enciende un cigarrillo y
comienza a mirar la vista panorámica por el ventanal: De repente alguien
irrumpe en el dormitorio y la asusta un poco: Con una voz apacible, joven y
suave: ¡Diga Su Majestad Serenísima e Inquebrantable…! y se arrodilla en
postración: Dra. Nena… deme la orden y yo lo hago… le dice la Reilona Agatha
(entrando a traer el desayuno…); diciendo: cuanto polvo… debo limpiar todo…
cuando termine de comer me desaloja el cuarto… Nena solo le dice de mala
manera: no tengo apetito, no seas exagerada, trátame con más naturalidad… esta
habitación está pulcra y en asepsia ¿No te das cuenta?: es prácticamente un
quirófano; únicamente sírveme un café negro como tú sabes que me gusta, tapando
su desnudez.
Y
Agatha se siente subestimada y triste… no entiende ni sabe, que a pesar de ser
la Reilona más intima, que el mundo
interior de Nena está en plena ebullición, aunque Nena no suele tratar a la
gente mal… no está en estos momentos
para esos protocolos… sin embargo Agatha se sonríe cortésmente parpadeando
mucho… y solo dice plena de alegría, está bien Su Majestad Serenísima e
Inquebrantable, perdóneme, todos estamos contentos de que haya vuelto… y se
retira caminando sin dar la espalda… presionando su camafeo contra el cuello
con sus manos y mirando al suelo y a los lados… desconsolada… y muy pensativa…
reflexionando en su mente que no debe ser fácil abrir los ojos y enterarte de
que llevas cuatro siglos dormida…