La
inmortalidad y la vida eterna coinciden en, un mismo punto en común: la
existencia indefinida o infinita que consigue burlar la muerte. No obstante, la
diferencia, de la una con la otra, radica en su significado implícito (o lo que
en si mismo encierran estas dos expresiones): por un lado la expresión 'vida
eterna' da la idea de 'que una persona, tiene vida indefinida, pero siempre
condicionada a, que factores externos, lo permitan' (como por ejemplo, en la
religión: un Dios Supremo, lo permita; en la filosofía: que el alma trascienda
a la muerte; en la ciencia: que se pueda reprogramar el ADN) mientras que la
expresión 'Inmortalidad' en cambio, sugiere la idea de 'que a alguien, no se le
puede matar; ni siquiera, por condiciones extremadamente nocivas o invivibles
(como se piensa en algunas religiones singulares: de tener la esperanza de ni
siquiera morir ante el poder de un Dios Creador; en el campo científico:
transferir los pensamientos del cerebro de uno a un ente artificial e
indestructible a los elementos). En definitiva, la inmortalidad supone más que
la evasión a la muerte, pues consiste aún en poseer (por decirlo así) la
garantía de, no poder ser destruido (y en la religión: ni siquiera, por un Dios
Todopoderoso). A través de la historia, los humanos han tenido el deseo de
vivir para siempre y de no ser destruidos jamás, ni siquiera, por alguna
llamada "Divinidad". Fuente: Wikipedia...